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Publicado el 20 junio, 2017
Una transmisión manual es un sistema relativamente simple comparada con su prima la transmisión automática. No obstante, ambas requieren mantenimiento y lubricación, para que los engranes sigan girando libremente y sin fricción.
Los engranes se fijan sobre ejes paralelos dentro de la cúpula de la transmisión. La potencia del motor se transmite a las ruedas, cuando dichos engranes se unen entre sí, provocando el movimiento de las flechas transversales y horizontales para mover las ruedas.
Cuando se está realizando un cambio de velocidad o el auto se encuentra en neutral, el clutch del auto interrumpe la transmisión de la potencia a la transmisión, por lo que no habrá fuerza sobre las ruedas.
A pesar de las diferencias que existen entre las transmisiones manuales y automáticas los síntomas de fallas en ambas son similares:
Los automóviles necesitan transmisiones debido a la física de los motores de combustión interna, ya sean de gasolina o de diésel. Todos los motores tienen un límite de revoluciones de su cigüeñal, de las cuales no se pueden pasar y las revoluciones alcanzan su máximo potencial en un lapso muy breve.
Es por ello que las distintas combinaciones de engranes de las transmisiones permiten que en cada una de ellas se pueda alcanzar el rango óptimo de la potencia y el torque del motor. De no contar con una caja de velocidades, solamente sería lo más eficiente posible una vez durante la aceleración.
Como todo elemento con engranes que interactúan entre sí, una transmisión manual de auto o de camión tiene un alto coeficiente de fricción, por lo que requiere que un antifriccionante, como lo es el líquido para transmisión manual, que actúa como agente de deslizamiento.
El líquido de transmisión es un elemento indispensable para evitar el daño irreversible a los componentes de la transmisión gracias al calor generado por la fricción. Este líquido permitirá el libre funcionamiento de las piezas y al final ahorrará combustible al generar menos esfuerzo para mover las ruedas.
El correcto uso del clutch es un elemento importante: debemos de disminuir el “frenado con motor” si no es necesario, y realizar la presión necesaria sobre los frenos para bajar la velocidad paulatinamente.
Las transmisiones normalmente vienen selladas, con un pequeño espacio para revisar el nivel de líquido de transmisión en el caso de las automáticas y muy poco espacio en el caso de las manuales. Es buena idea llevar el carro a que un mecánico haga una revisión completa del sistema.
Esto lo puedes hacer cada año o cada 25 mil kilómetros, lo que suceda primero. Te servirá ya que revisará todos los niveles, purgará el anticongelante, ajustará el clutch y hará un cambio de aceite con mayor certeza.