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¿Cómo Funciona una Transmisión Manual?
Si eres de los pocos conductores que hoy en día tienen una transmisión manual en sus autos, es muy probable que tengas muchas preguntas como:
En este espacio responderemos estas preguntas y muchas más.
Los automóviles necesitan transmisiones debido a la física de los motores de combustión interna, ya sean de gasolina o diésel. Primero que nada todos los motores tienen un límite de revoluciones de su cigüeñal, de las cuales no se pueden pasar y las revoluciones alcanzan su máximo potencial en un lapso muy breve.
Es por ello que las distintas combinaciones de engranes de las transmisiones permite que en cada una de ellas se pueda alcanzar el rango óptimo de la potencia y el torque del motor. De no contar con una caja de velocidades, solamente sería lo más eficiente posible una vez durante la aceleración.
Para entender la idea básica que hay detrás del funcionamiento de una transmisión manual, el siguiente diagrama simplifica una caja de dos velocidades:
Es por ello que cuando no engranamos bien el clutch, los engranes no dejan de moverse por completo y truena, ya que los dientes golpean uno con otro.
Si el collarín no está engranado con ningún engrane azul, la transmisión se encontrará en neutral.
Una transmisión más compleja, con un mayor número de engranes.
Como todo elemento con engranes que interactúan entre ellos, una transmisión manual de auto o de camión tiene un alto coeficiente de fricción, por lo que requiere que un antifriccionante, como una grasa para transmisión o algún líquido de transmisión que actúe como agente de deslizamiento.
El correcto uso del clutch es un elemento importante: debemos de disminuir el “frenado con motor” si no es necesario, y utilizar los frenos.
Las transmisiones normalmente vienen selladas, con un pequeño espacio para revisar el nivel de líquido de transmisión en el caso de las automáticas y muy poco espacio en el caso de las manuales, por lo que es una buena idea llevar el carro a que un mecánico haga una revisión completa del sistema.
Bayoneta para revisar el nivel de líquido de transmisión, normalmente automática.
Esto lo puedes hacer cada año o cada 25 mil kilómetros, lo que suceda primero. Te servirá ya que tu mecánico podrá revisar todos los niveles, purgar el anticongelante, ajustar el clutch y realizar un cambio de aceite con mayor certeza.
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