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Publicado el 15 noviembre, 2016
Crees que todo se encuentra perfectamente normal con tu auto cuando, sin el más mínimo aviso de funcionamiento o de testigos en el tablero, el coche empieza a emitir humo por el escape. No importa que tu carro se esté comportando como todo un campeón, esto debes de revisarlo inmediatamente.
Si tu auto está “aventando” humo azul, es una clara señal de que se está quemando el aceite lubricante. Eso puede suceder cuando uno de los sellos o juntas del motor y o los anillos de los pistones se encuentran cuarteados o rotos y permiten el paso del aceite hacia la cámara de combustión. Y como si fuera una moto de 2 tiempos, está quemando el aceite al momento de generar la chispa.
A pesar de ser un problema que requiere atención inmediata, existen soluciones que pueden ayudar sin desarmar todo el block del motor con productos que pueden regenerar el sello de manera interna. Para saber qué tan grave es el problema deberás monitorear el nivel de aceite lubricante constantemente y asegurarte de que nunca disminuya de los niveles recomendados.
Si el consumo es muy grande, el problema es serio y deberás llevarlo a que se repare lo antes posible. Si no es muy rápido, busca los productos para sellar estas cuarteaduras, algunos aditivos para aceite (uno es el aditivo Bital para humo azul) te pueden ayudar temporalmente, pero no solucionarán el problema de forma definitiva.
Humo azul: síntoma de quema de aceite lubricante.
Al igual que el humo azul, puede ser relacionado con la quema del aceite. En estos casos, también puede ser debido al sobrellenado del depósito del lubricante. Otra razón potencial es que el líquido de la transmisión automática está filtrándose en el motor, esto normalmente sería gracias a la falla del generador de vacío.
Otro motivo es un problema en las válvulas del sistema PCV. Éste se encarga de reciclar emisiones contaminantes: en lugar de expulsarlas por el escape, las regresa a la cámara de combustión. Cuando una de estas válvulas falla, genera presión, lo que puede resultar en fugas de aceite lubricante al motor.
Humo gris: fuga del líquido de transmisión.
El humo blanco del sistema de escape puede ser vapor, lo que no resultaría perjudicial, o por lo menos es el caso de menor urgencia. Este humo en realidad no es humo, sino una acumulación de agua en el sistema de escape, que cuando llega a la temperatura ideal para que el convertidor catalítico funcione, se evapora y lo que vemos es el vapor. Se distingue por ser una capa ligera, si es translúcido y si se dispersa rápidamente.
Si es humo denso y no se dispersa tan rápido, puede ser anticongelante que está entrando al motor. Este problema sí debes revisarlo de inmediato, ya que puede generar sobrecalentamiento y dañar el motor. Si no se atiende pronto, puede mezclarse con el aceite y entonces el daño no sólo será irreversible, sino que será muy caro repararlo.
Humo blanco: anticongelante mezclado con aceite lubricante.
Normalmente el humo negro es el problema más fácil de diagnosticar y reparar. Suele significar que el motor está consumiendo mucho combustible y esto puede ser porque el filtro de aire se encuentra muy sucio y no permite el libre flujo de aire. Esto forzará su entrada y genera un mayor esfuerzo del motor, lo cual puede resultar en calentamiento.
Humo negro: quemando mucho combustible.
Otra de las razones es una falla en alguno de los sensores que no permite que la mezcla de combustible sea la adecuada, por lo que se consumirá más de lo normal.
A pesar de que este problema no es serio, deberás atenderlo de inmediato, ya que lo que afectará será tu cartera.
Ahora ya lo sabes, cualquier humo que veas salir de tu escape es motivo para revisarlo de inmediato. Pero si quieres otras formas de diagnosticar problemas en tu auto, ¡da clic aquí!