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Publicado el 3 octubre, 2021
Los autos eléctricos no son nuevos, de hecho, muchos de ellos comenzaron mucho antes de que incluso se pensara en los vehículos con combustión interna. Sin embargo, la tecnología disponible a principios del siglo XIX no permitía que fueran particularmente eficientes, además si equipaban baterías de ácido, podrían resultar sumamente peligrosos.
Hoy en día la historia es diferente. Las baterías de los autos son mucho más eficientes y seguras gracias al litio. Los materiales más ligeros y duraderos permiten un mayor rango de carga y no podemos dejar a un lado, la tendencia hacia el uso y aprovechamiento de energías renovables y limpias, que hacen a los vehículos eléctricos una opción para el futuro. Pero, ¿qué sucederá con los autos de combustión interna?
Cada día más gobiernos se unen a la tendencia, sobre todo en Europa, y comienzan a anunciar el futuro de la industria automotriz. Los autos eléctricos serán los únicos que podrán comercializarse como nuevos a partir del 2030. Incrementando los costos de la gasolina, con mayores impuestos y tarifas para los propietarios, así como beneficios para los propietarios de los eléctricos. Por ejemplo, estar exentos a impuestos o descuentos en la cuenta de luz, y situaciones similares.
México no se ha quedado atrás, si bien la infraestructura de movilidad eléctrica aún no es ni siquiera el 10% de lo que encuentras en países de primer mundo, los propietarios de vehículos tanto eléctricos como híbridos, ya cuentan con beneficios. Algunos de estos son descuentos u omisión en Impuesto sobre la Tenencia, tarifa preferencial de consumo de energía eléctrica, descuentos en casetas entre otros beneficios.
Sin lugar a duda, los autos con motor de combustión interna forman una parte sumamente importante de nuestra historia. Fueron precursores importantes para que muchas de las industrias que tenemos hoy en día crecieran como lo hicieron. También, que las ciudades tuvieran el auge como el de Detroit gracias a Henry Ford y la implementación de su línea móvil de ensamble, entre muchos otros factores que los convierten en obras de arte y pertenecientes a un museo.
Existen autos que son clásicos instantáneos y que pasarán de generación en generación como tales, otros, que sus dueños les tienen tanto cariño que desearán conservar y restaurar. Y es que los autos de combustión interna no desaparecerán, simplemente, se convertirán en las reliquias de la familia que saldrán a pasear en ocasiones especiales, ya que la gasolina cada vez será más escaza lo que tampoco favorecerá su uso.
Para evitar la nostalgia y adelantarse al futuro, hoy en día existen empresas que se dedican a adaptar motores eléctricos y juegos de baterías a autos clásicos, con lo que también garantizar que por lo menos el aspecto seguirá imponiéndose en los caminos. Los motores de combustión interna entonces quedarán como parte esencial de la historia, pero poco a poco los veremos y escucharemos cada vez menos.