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Publicado el 26 octubre, 2025
El aceite lubricante es la “sangre” del motor. No solo lubrica, también protege, enfría, limpia y alarga la vida de cada componente interno. Pero ¿qué tiene realmente dentro un aceite? Aunque en la etiqueta solo leas la viscosidad (como 5W-30), detrás hay una fórmula compleja y cuidadosamente diseñada.
La mayor parte de un aceite está formada por aceites base, que pueden provenir de dos fuentes:
Según la API (American Petroleum Institute), un aceite típico contiene entre 70 y 90% de base. Los sintéticos ofrecen mayor estabilidad térmica, ya que resisten hasta 260°C, mientras que los minerales tienden a degradarse antes de los 200°C.
La magia real está en los aditivos. Son compuestos químicos que modifican el comportamiento del aceite según lo que el motor necesita. Los principales son:
Un buen aceite:
¿Qué pasa si uso un aceite sin aditivos?
El motor funcionará, pero se llenará más rápido de lodos, tendrá más desgaste y se reducirá su vida útil.
¿Todos los aceites tienen la misma cantidad de aditivos?
No. Un aceite para motores de alto rendimiento puede llevar hasta un 30% de aditivos, mientras que uno básico para autos antiguos puede rondar el 10-15%.
¿Los aditivos independientes (botellitas que venden en tiendas) sirven?
Depende. Muchos duplican lo que ya está en el aceite, pudiendo desequilibrar la fórmula. Lo recomendable es confiar en aceites ya formulados por fabricantes reconocidos.
¿Por qué los aceites sintéticos son más caros?
Porque ofrecen moléculas más estables, mejor resistencia a la oxidación y a la temperatura. A la larga, ahorran reparaciones.
El aceite no es solo un aceite cualquiera, es una mezcla sofisticada donde la base asegura fluidez y los aditivos protegen, limpian y prolongan la vida del motor. Entender su composición ayuda a elegir mejor y a explicar a los clientes por qué un aceite de calidad es una inversión, no un gasto.