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Publicado el 19 febrero, 2025
El mantenimiento preventivo y correctivo de vehículos es la clave para que tu vehículo esté en óptimas condiciones y evitar problemas graves mientras conduces. En este artículo, discutiremos los conceptos de mantenimiento preventivo y correctivo, para que veas cómo estas dos cosas marcan la diferencia en el rendimiento de tu vehículo, ya sea un automóvil, una motocicleta o un camión.
El mantenimiento preventivo se refiere a los procedimientos de servicio que se llevan a cabo para evitar el desgaste excesivo, el deterioro y la avería de los componentes mecánicos de un vehículo. Este tipo de mantenimiento se realiza periódicamente o antes de que ocurra algún tipo de problema.
Por otro lado, el mantenimiento correctivo se realiza para arreglar un defecto o problema específico una vez que ya ha ocurrido. Esto generalmente implica la reparación o reemplazo de una pieza o componente, y el costo asociado con este tipo de mantenimiento suele ser mayor que el mantenimiento preventivo.
El mantenimiento preventivo busca anticiparse a los problemas mecánicos antes de que ocurran. Esto puede incluir inspecciones periódicas, cambios de aceite y filtros, revisión del anticongelante, rotación de neumáticos, frenos, entre otros. El objetivo del mantenimiento preventivo es poder detectar problemas potenciales a tiempo para poder solucionarlos rápidamente y evitar los costos y molestias de una reparación mayor.
Las inspecciones periódicas son una parte importante del mantenimiento preventivo. Se deben realizar revisiones visuales y pruebas para verificar el funcionamiento adecuado de las luces, los limpiaparabrisas, los discos y pastillas de freno, la dirección, la suspensión, el líquido de refrigeración, el líquido de transmisión y la correa de distribución, entre otros. También puede ser útil realizar pruebas de frenado y una alineación de ruedas.
Los cambios de aceite y filtros son uno de los procedimientos de mantenimiento preventivo más comunes. El óxido y otros desechos que se acumulan en la caja de cambios y el motor pueden acelerar el desgaste de ciertas partes. Estos cambios ayudan a liberar al motor de contaminantes y mantener un buen nivel de lubricación.
La rotación de neumáticos es un tipo de mantenimiento preventivo que consiste en intercambiar la posición de los neumáticos delanteros con los traseros y viceversa. Esto ayuda a mantener un desgaste más uniforme de las llantas, aumenta su vida útil, mejora el manejo y la tracción, y beneficia el rendimiento de los frenos.
Las revisiones de los frenos son una parte crucial del mantenimiento preventivo, ya que un sistema de frenos en mal estado puede ser muy peligroso. Se recomienda revisarlos cada 6 meses o cada 10.000 kilómetros para asegurarse de que no haya raspaduras, abolladuras, desgaste excesivo o cualquier otro signo de desgaste.
El mantenimiento correctivo se refiere a cualquier reparación que se realice después de que ocurra una avería. Esto puede incluir la sustitución o la reparación de piezas mecánicas o componentes eléctricos. El mantenimiento correctivo es generalmente más costoso que el mantenimiento preventivo, ya que a menudo requiere más tiempo y esfuerzo para que se realicen las reparaciones.
Las reparaciones mecánicas pueden ser necesarias para corregir un problema mecánico, como una fuga de aceite, un problema de inyección de combustible, un problema de suspensión, un problema de transmisión o un problema de motor. Estas tareas pueden requerir el reemplazo de una pieza o el ajuste de una o más piezas.
Las reparaciones eléctricas también pueden ser necesarias como parte del mantenimiento correctivo. Esto puede incluir la sustitución de un fusible, la reparación de un cableado, o la reparación o reemplazo de un módulo de control electrónico (ECM), un motor de arranque, un alternador, un compresor de aire acondicionado, etc.
El mantenimiento preventivo y correctivo en vehículos es clave para evitar problemas y alargar la vida útil de los componentes. El mantenimiento preventivo se realiza para anticiparse a los problemas mecánicos antes de que ocurran, mientras que el correctivo se usa para reparar un problema después de que haya ocurrido. Hacer un mantenimiento preventivo regular puede ayudar a evitar problemas costosos en el futuro y reduce la probabilidad de tener que hacer mantenimientos correctivos.