Durante los años nos hemos preguntado constantemente si debemos elegir una transmisión automática o manual al momento de adquirir un auto. Pero antes de elegir debemos entender cómo han evolucionado los sistemas de engranaje automático en los autos y de qué manera hoy en día se enfocan a una experiencia de manejo mejor y más rápida.
Este artículo no pretende convencerlos de que solamente adquieran automóviles con transmisiones automáticas. Sin embargo sí pretendemos explicar cómo, gracias a la tecnología, se ha hecho cada día más pequeño el abismo de desempeño entre ambos tipos de equipamiento de los autos.
Las primeras transmisiones automáticas
General Motors introdujo la primera transmisión semiautomática en 1937, con un sistema planetario o de satélites, denominada AST por sus siglas en inglés (Automatic Safety Transmission). Esta caja de velocidades contaba con 4 posiciones frontales y un clutch que funcionaba con base en la fricción.
Desde el comienzo, esta transmisión fue etiquetada como un fracaso. Además de ser un sistema muy poco confiable, se ofrecía como una opción adicional que costaba $80 dólares, pero tenía un costo para la armadora de $140 dólares. Tampoco fue muy popular con los clientes, por lo que se descontinuó tan sólo dos años después.
En 1940, la transmisión AST evolucionó a la transmisión Hydra-Matic, la primera transmisión totalmente automática, que no requería un clutch y contaba con un funcionamiento hidráulico.
El primer cambio considerable
Durante los años 50 aparecieron las primeras transmisiones automáticas con convertidores de torque. Fueron desarrolladas por Borg Warner con la intención de utilizarlas en automóviles de las marcas Ford y Studebaker. Mientras tanto otras marcas continuaban comprando a General Motors las cajas Hydro Matic. Incluso marcas como Lincoln, a pesar de ser una división de Ford, continuaban utilizando la tecnología anterior.
Para la década de los años sesenta, la mayoría de las transmisiones en los autos eran de torque de tres velocidades, dejando atrás a las de presión.
Mayor número de velocidades
En los años setenta, apareció un nuevo jugador: las transmisiones con Overdrive o Sobre Marcha, que contaban con 4 velocidades frontales o en algunos casos hasta cinco. Estas transmisiones ofrecían un mejor desempeño, así como una reducción de consumo de combustible, comparado con las transmisiones automáticas de 3 velocidades.
Para 1985, cerca del 90% de los autos nuevos contaban con este tipo de transmisiones. Cabe mencionar que fueron dominadoras hasta alrededor de 2005, año en el cual conocimos las transmisiones con cambios selectivos y hasta las que contaban con un clutch electrónico.
La era moderna
Uno de los cambios más significativos desde los años 80, es el número de marchas frontales con las que cuentan las transmisiones automáticas modernas. Podemos encontrar hasta de 10 velocidades en autos y camionetas cargados de tecnología.
Hoy en día, las transmisiones son controladas mediante la información que recibe una computadora, la cual es enviada por una serie de sensores. Esto genera que la computadora corte el clutch (las que cuentan con él) o que genere la presión suficiente para que los engranajes cambien.
Estas transmisiones dependen directamente de un líquido de transmisión automática para su correcto funcionamiento. Con esto evitan que la fricción incremente la temperatura de la misma.
El futuro de las transmisiones automáticas hoy
El día de hoy, ya contamos con una visión muy clara del futuro: transmisiones o cajas de velocidades sin engranajes, con un sistema de poleas, bandas y un cono que controla la relación torque – velocidad final de la transmisión.
Estas transmisiones son conocidas por sus siglas en inglés como CVT (Continously Variable Transmission) o en español, Transmisión Continuamente Variable.
En ellas, la polea “fija”, controla la velocidad de la banda, mientras que en el lado opuesto dos conos, colocados de manera opuesta, reducen e incrementan su distancia para cambiar la relación del engranaje. Mientras que hace años, una transmisión requería un engrane por cada marcha, hoy en día solamente requiere dos piezas bien colocadas.
A diferencia de la tecnología anterior, que en ocasiones tiene un funcionamiento que era descrito como brusco, las transmisiones CVT, ayudan al vehículo a proporcionar un manejo suave para sus pasajeros.
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