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Publicado el 27 abril, 2017
Los baleros de las ruedas se soportan gran parte del peso del vehículo. Siempre deben tener una alineación radial precisa milimétricamente con el eje y estar perfectamente limpios y engrasados.
Tan pronto hay una desalineación, el rotor presiona sobre los pistones de la pinza y genera fricción contra las balatas. Resultado: desgaste innecesario, excesivo y disparejo de las balatas y el disco de los frenos, al igual que desgaste de las masas y mangos de las ruedas, desalineación de las ruedas del vehículo, desgaste disparejo de las llantas del auto, ruido molesto y sobre todo, reparaciones innecesarias que impactaran tu economía.
El ruido de los baleros comienza cuando la camisa que los contiene cede ante la presión ejercida por los mismos. Entonces esta se adelgaza y deja un mayor espacio entre los metales, lo que ocasiona un ruido de golpeteo o gruñido, característico de la fricción entre dos metales.
Los baleros dañados y sin grasa, no correrán libremente sobre el carril y generarán fricción, así como ruido innecesario y molesto.
Estos ruidos no aparecerán si los baleros se engrasan de forma correcta y constante, con el producto adecuado: grasa de multilitio. Así se mantendrán lubricados y no tendrán desgaste innecesario o acelerado por causa del calor provocado por fricción.
Precaución: las personas con poca experiencia pueden lastimarse. Se deben de utilizar lentes protectores cuando se realizan estas tareas. Los baleros pueden estrellarse y en ese caso saldrán esquirlas volando tal y como si fuera un cristal.
Si vas a utilizar calor para quitar un balero aferrado, ten cuidado de no excederte: el la temperatura muy alta puede dañar el eje. Te recomendamos usar un poco de afloja todo para retirarlo con facilidad; asegúrate de limpiar bien la zona después para que el nuevo balero no patine sobre el residuo de afloja todo.
Cuando vas a engrasar los baleros de tu auto, camión o cualquier tipo de vehículo, asegúrate de que la grasa que utilizarás soporte altas temperaturas y agua. En algunos casos, la grasa de chasis puede funcionar, pero tiene un coeficiente de adhesión que puede complicar el libre movimiento de los baleros, además de ser difícil de remover una vez que se quiere agregar la grasa de baleros.
La humedad, la tierra y otros contaminantes son el enemigo número 1 de los baleros, de sus empaques y de sus sellos. La tierra los reseca y hace que se cuarteen, terminando en una falla total del balero. El agua y la humedad, por su parte, provocan oxidación y descomposición de los metales del balero, impidiendo su libre movimiento dentro del carril y complicando dar soporte al peso y al movimiento del vehículo. Esto resulta en ruidos y en la eventual falla de los baleros.
La grasa de baleros repele el agua y la humedad, evitando que se adhieran todo tipo de contaminantes que dañen los componentes, alargándoles la vida y ahorrándote mucho dinero en reparaciones y sustituciones.
Los baleros son uno de los de tu vehículo que requieren gran atención, y que deben de estar dentro de tu plan de mantenimiento del auto. Su cuidado tiene una importancia casi tan alta como la del cambio de aceite, pues el descuido en ambos, puede dejar a tu auto varado a un lado del camino.
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