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Publicado el 26 febrero, 2018
La transmisión automática es uno de los sistemas más complejos que puedes encontrar en cualquier máquina. La conforman engranes propulsados por presión hidráulica, generada por el movimiento del líquido de transmisión. Este también lubrica todos los componentes de la transmisión.
Las transmisiones automáticas se han vuelto cada vez más populares y e involucran avances tecnológicos constantes. Esto hace complejo su funcionamiento, pero da una eficiencia que no se podía ni soñar en los primeros autos con transmisión automática. Son más rápidas y precisas que cualquier piloto de carreras.
A diferencia de una transmisión manual una transmisión automática funciona con un convertidor de torque, que impulsa el líquido ATF. Este convertidor comienza a girar similar a cuando batimos la mezcla del pastel dentro de un platón. En el lado opuesto del platón, esta otra turbina, que comienza a girar gracias a la presión del líquido de transmisión.
El giro de la turbina desvía el líquido para transmisión automática hacia una serie de canales, denominados laberintos, en donde la presión hidráulica mueve todos los engranes.
Existen otras transmisiones que hacen la función de las automáticas, sin embargo como no tienen un convertidor de torque no se consideran como tales. Un ejemplo son las transmisiones conocidas como doble embrague. Estas funcionan como una manual, pero están robotizadas, por lo que los cambios no los hace un humano.
Hoy en día las transmisiones continuamente variables (CVT) son muy populares. Emplean un par de poleas y una banda metálica que generan una infinidad de relaciones dentro de la transmisión, además de dar la sensación que nunca están cambiando los engranes debido a la suavidad con la que el movimiento sucede. Todo esto además de entregar constantemente el par máximo de potencia del motor, a diferencia de una transmisión convencional que tiene pérdida de potencia cada vez que realiza un cambio. Su tamaño, peso y otras características las hacen sumamente eficientes.
Las transmisiones CVT sí cuentan con un convertidor de torque que requiere líquido de transmisión automática para generar movimiento en la polea principal. Sin embargo por su tamaño reducido, requieren solo una cuarta parte del líquido ATF y menos movimiento.
La respuesta se resume en comodidad, eficiencia y costos de mantenimiento, por lo que hoy es mucho más recomendable una transmisión automática que una manual. Incluso cuando a muchos de nosotros nos siga gustando la experiencia y sensación que nos deja hacer los cambios utilizando el clutch.
Todas las transmisiones requieren mantenimiento regular para que tu auto dure muchos kilómetros. El mantenimiento del auto debe incluir siempre una inspección a la transmisión, que te indicará si es necesario rellenar o cambiar el líquido de transmisión automática, garantizando su buen funcionamiento. Si quieres conocer más acerca de las tecnologías de los autos y como mantenerlos, al dar clic en esta liga te sorprenderás.