El horno es una de las herramientas favoritas de todas las personas que nos aventuramos a cocinar. Ha sido de esta manera desde de los orígenes del ser humano que, al descubrir y dominar el fuego, comenzó a idear maneras para su uso de una manera más eficiente.
Los primeros hornos aparecieron en el antiguo Egipto y Babilonia hace aproximadamente 5 mil años. Estaban compuestos por una tapa de barro o adobe en forma de campana, que rebotaba el calor para realizar la cocción de los alimentos, tanto por arriba como por debajo al mismo tiempo.
De ahí el surge el desarrollo de las diferentes funciones y combustibles que han sido utilizados para calentarlos. Desde leña y carbón, hasta los más populares que tenemos hoy en día en la mayoría de los hogares, como el gas o la electricidad.
La limpieza del horno
El horno, después de cocinar, puede quedar salpicado de muchos residuos de alimentos, especialmente grasa. Esta se quedará adherida en todo el interior del horno, suele ser sumamente difícil removerla y terminará por afectar el aroma y sabor del resto de los alimentos.
Los hornos están diseñados para rebotar el calor en las superficies interiores, gracias a las paredes metálicas o cerámicas con las que cuentan. Por esta razón, lo ideal, es generar una cápsula homogénea de temperatura, que eleve la temperatura de los alimento, al mismo tiempo en todas las superficies. Un horno que no funciona bien, no rebotará la temperatura de manera adecuada, por lo que una sección se cocinará de más o se quemará.
La grasa u otros alimentos que se puedan quedar pegados en las superficies, no permitirán la irradiación de calor de manera uniforme. Por eso el horno debe estar limpio, si queremos que funcione de manera adecuada.
Para el lavado del interior del horno, primero debemos asegurarnos que los residuos sean despegados de todas las superficies. Para hacer esto, puedes usar el lubricante multiusos, que penetra el residuo y se entromete entre este y la superficie, poniendo una capa resbaladiza entre ambos.
Luego usa desengrasante multiusos que es la mejor herramienta para eliminar residuos grasosos. Para aplicarlo, vacía dos tapas o alrededor de una parte de desengrasante por 3 de agua y agítala enérgicamente para formar espuma. Luego, espárcela con una esponja y deja que se asiente en las superficies.
Una vez que la fórmula del desengrasante haya penetrado, podrás removerlo más fácilmente con la misma esponja. Una vez que está limpio, podrías aplicar otra capa de desengrasante para que permanezca en las superficies y sea más fácil limpiarlo en el futuro.
Problemas de no limpiar el correctamente el horno
Cuando el horno no es capaz de reflejar la temperatura suficiente para la cocción de los alimentos, entonces, demandará una mayor cantidad de energía. Esto implica que consumirá más gas o electricidad dependiendo del combustible que use tu horno de cocina.
El desgaste de los componentes del horno de cocina propician la generación de óxido que terminará en corrosión, y por lo tanto, provocará fallas y fugas cuya reparación serán sumamente costosa.
Limpiar el horno es sencillo, usando las herramientas adecuadas. La principal, el desengrasante multiusos.
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