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Publicado el 14 noviembre, 2016
Existe un interminable debate entre si se debe de substituir el uso de aceites para motor derivados de minerales, por aceites lubricantes sintéticos, para autos y camiones; y los tractores no son la excepción. Al final del día, un motor de un tractor es muy parecido, si no es que idéntico, al de un camión o un tráiler.
Existen tantas ideologías distintas que a todos nos puede resultar confuso. Es por eso que lo trataremos de simplificar lo más posible. Cuando hablamos de motores diésel, debemos entender que el proceso de lubricación es distinto al del motor a gasolina, debido a la forma de combustión.
El proceso de lubricación de un aceite es idéntico para los motores a diésel como los de los tractores. Es llevado a través de todos los espacios, desde el depósito, alrededor de la cámara de compresión y combustión, gracias al esfuerzo de la bomba de aceite.
Durante su trayecto, la función principal del aceite en el motor de un tractor es dejar una capa lubricante en todas las piezas con las que entra en contacto y en los diferentes habitáculos por los que pasa. Esto prevendrá que la fricción eleve la temperatura del motor. Si esto ocurriera, sería nivelado de nueva cuenta por el paso del aceite lubricante que se encuentra más frío, ya que en algunos casos pasa por un radiador de aceite. También será asistido de manera externa por el sistema de enfriamiento, en especial el líquido anticongelante que circula por otras secciones del bloque del motor del tractor.
La diferencia entre un aceite sintético y un aceite mineral recae específicamente en el método de fabricación. Mientras que el mineral es un derivado, como su nombre lo indica, de materiales minerales, los sintéticos están elaborados con base en procesos químicos que le brindan características adaptables a diferentes condiciones climáticas.
Los aceites minerales se desarrollan tomando en cuenta las condiciones climáticas predominantes en la zona donde se encuentra el tractor. Un aceite es desarrollado para clima frío y otro completamente distinto para climas calientes.
Los sintéticos se adaptan, por decirlo de alguna manera, a las condiciones climáticas bajo las que se encuentren, protegiendo así el motor sin necesidad de realizar un cambio de aceite por temporada. Sólo no hay que olvidar hacer los servicios de mantenimiento regularmente, en dónde seguramente se realizará un cambio de aceite.
En climas fríos, los aceites lubricantes tienden a aumentar en densidad. Esto le ocurre a la mayoría de los líquidos. En el caso de los que son diseñados sintéticamente, el líquido no aumenta en densidad, lo que le permite fluir libremente, sin requerir que alcance una temperatura específica, cuando la temperatura exterior es fría.
En el caso contrario, cuando la temperatura es muy alta en el exterior e interior del motor, el lubricante sintético no pierde sus características de, valga la redundancia, lubricación. Cosa que sucede con los minerales que no están diseñados para esas condiciones. En otros casos, sería lo opuesto a cuando hace frío: se perdería densidad, por lo que no dejaría la capa protectora, lo cual podría dañar el motor y sus componentes. Esto sucede durante un lapso prolongado, debido al esfuerzo del tractor
En conclusión es totalmente seguro utilizar aceite lubricante sintético en los motores a diésel de los tractores. Si quieres conocer más acerca de estas herramientas de trabajo, ¡haz clic aquí!