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Publicado el 27 agosto, 2025
El sistema de frenos es uno de los componentes más críticos para la seguridad de cualquier vehículo. Y aunque solemos pensar en discos, pastillas o calipers, hay un elemento que trabaja silenciosamente para que todo funcione: el líquido de frenos. Su punto de ebullición es clave para garantizar un frenado eficaz, especialmente en condiciones exigentes.
El punto de ebullición es la temperatura a la que el líquido comienza formar burbujas y a evaporarse. En el sistema de frenos, esto es peligroso porque el vapor es compresible, mientras que el líquido no lo es. Si el líquido hierve, se pierde presión hidráulica y el pedal se siente “esponjoso” o incluso puede fallar el frenado.
Porque evita el “fading” de frenos. En frenadas intensas, como en bajadas prolongadas o conducción deportiva, los frenos se calientan. Si el líquido hierve, se forman burbujas que reducen la presión y el vehículo no frena como debería.
Por otro lado, el punto de ebullición mantiene la respuesta del pedal. Un líquido con buen punto de ebullición asegura que el pedal se mantenga firme y predecible. Si el líquido está degradado, el pedal puede volverse blando o requerir más recorrido, haciendo el frenado más inseguro.
Además, protege el sistema hidráulico. El vapor puede causar corrosión interna en líneas y cilindros. Un líquido estable térmicamente prolonga la vida útil del sistema y prolonga su eficiencia.
| Tipo de líquido | Punto de ebullición seco | Punto de ebullición húmedo | Uso recomendado |
|---|---|---|---|
| DOT 3 | ~205 °C | ~140 °C | Vehículos ligeros, uso normal |
| DOT 4 | ~230 °C | ~155 °C | Vehículos modernos, uso exigente |
| DOT 5.1 | ~260 °C | ~180 °C | Alto rendimiento, conducción deportiva |
| DOT 5 (silicona) | ~260 °C | No absorbe humedad | Vehículos clásicos, no compatible con sistemas ABS |
Nota: Nunca mezcles líquidos de diferentes tipos sin verificar compatibilidad.
Existen diferentes situaciones que provocan que el líquido de frenos se degrade, por ejemplo:
La mayoría de los fabricantes recomiendan cambiar el líquido de frenos cada 2 años, aunque puede variar según el tipo de líquido y el uso del vehículo. En autos de alto rendimiento o condiciones extremas, puede ser necesario hacerlo con mayor frecuencia.
El punto de ebullición del líquido de frenos no es solo un dato técnico: es un factor vital para tu seguridad. Un líquido en buen estado garantiza que el sistema responda con precisión, incluso bajo presión. Ignorarlo puede llevar a situaciones peligrosas, especialmente cuando más necesitas que tus frenos funcionen al 100%.