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Publicado el 20 diciembre, 2022
Las carreteras congeladas son muy peligrosas y es necesario que los autos estén perfectamente bien equipados para poder circular por ellas. Pero, hoy no vamos a hablar de seguridad, ni de los aceites que se deben usar a temperaturas bajo cero, ni de los aditamentos correctos que deben llevar las llantas. Dejemos un ratito de lado todo eso y disfrutemos imaginando la experiencia de recorrer alguna de estas carreteras.
Esta carretera está en Alaska, en EE.UU. Con más de 600km de longitud, llega a la zona ártica y pasa 10 meses al año congelada y con bloques de hielo. Si eres de los afortunados de hacer uno de los 200 a 300 viajes que se realizan por esta vía, en camiones, podrás estar en medio de una tormenta de nieve. El tránsito por la Dalton Highway es tan complicado que hay vehículos especializados para hacerlo, los Ice Road Trucks, conducidos por expertos.
Este camino ofrece paisajes bellísimos, comparados por muchos turistas con los de Islandia y, en la época de deshielo, el panorama cambia por completo, ofreciendo una vista esplendorosa, sobre todo, al cruzar por el río Yukón.
Con un nombre difícil de pronunciar, esta carretera está en Canadá y conecta a la costa ártica con el noroeste del país. Casi todo el año, es imposible de recorrerla. Pero, en invierno, se congelan algunos canales del río MacKenzie y del océano ártico y eso permite que los vehículos puedan circular sobre ella. No hay restaurantes ni hoteles a los costados en los 152km de longitud que tiene. Sin embargo, puede ser un paseo inolvidable y agradable si vas bien preparado.
También en Canadá, Yellowknife tiene una carretera congelada que ha sido construida por el ser humano, aprovechando los lagos congelados y las temperaturas de -50o. El propósito original de estos caminos era poder acceder a las minas, pero ahora se han convertido en atracciones turísticas. Específicamente, recorrer esta carretera puede llevarte a ver auroras boreales.
El camino, que en verano es un lago, se despliega sobre un bloque de hielo de unos 30cm que abajo tiene 600m de agua helada. Cada año, este trayecto de poco más de 6km se construye y se le da mantenimiento para que sea capaz de soportar el peso de los automóviles. Recorrer una carretera que se ve transparente porque es de hielo ha de ser, sin duda, una de las experiencias más raras que podemos imaginar.
Después de este breve recorrido por 3 carreteras de hielo, ¿a cuál te gustaría ir primero?